Nacido en Santiago, Nicolás vivió en muchas ciudades de Chile siguiendo el trabajo de su papá. Su historia con el inglés comenzó una Navidad cuando recibió un Super Nintendo: todos los juegos venían en inglés. Las opciones eran claras: devolverlo (que definitivamente no estaba en los planes) o aprender inglés en tiempo récord para entender los juegos. Nicolás eligió lo segundo, y esa decisión marcaría el resto de su vida.
Sin ayuda externa, Nicolás comenzó a desarrollar sus propios sistemas de adquisición del idioma. No tenía profesor, no tenía método tradicional que seguir. Solo tenía determinación y la necesidad de entender esos juegos. En poco tiempo logró avances significativos, y en un par de años se había vuelto completamente bilingüe siguiendo estos sistemas que él mismo había creado.
Guiado por el sentido de explorar el mundo y conocer otras realidades, Nicolás se fue a vivir a Australia siendo adulto. Allí pasaría 4 años escalando hasta llegar a una Gerencia en una empresa multinacional, incluso teniendo la oportunidad de abrir una sede en Londres, Inglaterra. Pero fue en esos años donde presenció algo que lo marcaría profundamente: muchos latinos fallando en búsquedas laborales por la clara falta de inglés que la mayoría traía consigo.
Esa realidad lo llevó a unir fuerzas con Rodrigo y decidir crear una academia de idiomas que enseñara de una manera completamente novedosa y no tradicional. Querían alejarse de las mismas formas de aprendizaje fallidas que habían visto en colegios y escuelas de idioma. Sabían que tenía que haber una mejor manera.
Nicolás cree firmemente que adquirir idiomas no es algo instantáneo como muchos prometen. Requiere enfoque, esfuerzo, mucha paciencia y un sistema de adquisición claro y al grano. Para quienes cuentan con esto, el éxito con los idiomas será inevitable. Esta es la filosofía de Método Speed Academy y la razón por la cual cientos de estudiantes han logrado dominar el inglés con nosotros
Rodrigo nació en Chillán y creció como miles de niños en Chile: sin lujos, sin viajes al extranjero, sin contacto con otros idiomas.
Jugaba con lo que tenía a mano, iba a una escuela pública, y en su entorno, hablar inglés no era una opción… ni siquiera un tema de conversación.
Nadie en su familia había viajado fuera del país, y soñar con Disney era solo eso: un sueño lejano.
Pero esa realidad no lo frenó. La curiosidad y las ganas de aprender serían, con los años, su mayor ventaja.
Fue en la enseñanza media cuando Rodrigo conoció a Nicolás.
Mientras Nicolás respondía en inglés con soltura, exponía sin miedo y sacaba 70 en las pruebas, Rodrigo apenas intentaba evitar las notas “rojas”.
Se sentía totalmente fuera de lugar con los idiomas. Hasta ese momento, su experiencia con el inglés y con el sistema educativo en general había sido un desastre.
Malas notas, frustración, y una creencia muy clara: “esto no es para mí”.
Lo que no sabía, era que más adelante, su vida iba a dar un giro radical.
Y que justamente ese “fracaso” sería la clave para crear algo mucho más grande.
En la universidad, Rodrigo pasó de ser un alumno promedio a destacar entre los mejores de su generación.
Ese esfuerzo le abrió las puertas a un intercambio académico en Brasil, algo impensado años atrás. El problema: no sabía portugués, y nadie en su entorno tampoco.
Con algunos consejos de Nicolás y mucha determinación, logró aprender lo esencial en tiempo récord.
Gracias a eso, cursó sin problemas un semestre completo en Minas Gerais.
Ese viaje no solo fue un logro académico, fue la prueba de que sí se puede aprender un idioma desde cero, si se tiene el enfoque y método correcto.
Ya de adultos, Rodrigo y Nicolás se dieron cuenta de algo más profundo que su amistad:
Ambos se habían vuelto bilingües sin profesores particulares, sin estudiar en colegios caros y sin salir del país.
Cada uno, por su cuenta, había dominado un idioma distinto usando estrategias poco tradicionales, pero sorprendentemente similares. Esa coincidencia no era casualidad.
Así nació la primera academia de idiomas no tradicional del país: para que más chilenos puedan aprender como ellos lo hicieron desde casa, sin complicaciones y sin promesas vacías.
La sinceridad es uno de los valores más importantes dentro de la Academy.
Rodrigo lo tiene claro: el sistema y las escuelas tradicionales nos han vendido ilusiones promesas vacías, métodos anticuados y falsas expectativas.
Pero la verdad es simple (aunque pocos la digan): Para adquirir un idioma no necesitas magia, ni talento especial. Necesitas ganas, disciplina y un sistema que funcione.
Así fue como Rodrigo dominó el portugués, así fue como Nicolás se volvió bilingüe en inglés. Sin atajos. Sin humo. Solo con método y constancia.
Esa es la base de Método Speed Academy y eso es lo que enseñamos.
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